domingo, 31 de enero de 2010

Los trabajadores universitarios: responsabilidad y compromiso

Raúl Arias Lovillo*

De nuevo nos enfrentamos al emplazamiento a huelga del SETSUV, y de nueva cuenta la Universidad Veracruzana hace su mejor esfuerzo para impedir que se suspendan las labores en perjuicio de más de 80 mil universitarios y de la sociedad veracruzana.

Nunca, desde que asumí la responsabilidad de la rectoría, en estas circunstancias, he jugado con las cifras de las propuestas o he engañado a los trabajadores; mucho menos he ocultado mi intención de evitar que estalle el conflicto. He sido respetuoso de la ley y de los derechos de los trabajadores. He acometido con seriedad el diálogo y he sostenido mis propuestas. Cuando ha sido necesario, no he escatimado mi apoyo adicional a los trabajadores del sindicato y a la dirigencia sindical.

Nuestra propuesta al SETSUV ya está presentada: responde objetivamente a las demandas que plantean los trabajadores y atiende la capacidad económica de la institución: una retabulación del 0.75 por ciento, a la cual se aplica el incremento directo a salario de cuatro por ciento, con lo cual el porcentaje real de aumento es del 4.78 por ciento. A este incremento directo al salario se suma el de un 4.64 por ciento en prestaciones no ligadas al sueldo, con lo cual nuestra propuesta llega al 9.42 por ciento global. Asimismo, ofrecimos el pago de un bono anual de dos mil 700 pesos para cada uno de los trabajadores.

Hemos presentado la mejor oferta de incrementos salariales y de prestaciones de todas las que han ofrecido cualquiera de las universidades en México.

De manera paralela, se ha dado respuesta al 100 por ciento de los señalamientos hechos por parte de la dirigencia sindical al contrato colectivo de trabajo.

Es decir, en un entorno económico como el actual, y si se consideran con sentido universitario las propuestas que hemos hecho a la dirigencia sindical hasta este momento de las negociaciones, no existe razón alguna para que los trabajadores tomen el camino de detener la marcha de la Universidad Veracruzana.

En la UV estamos convencidos de que un buen ambiente laboral apoya el desarrollo de la institución, permite una mayor productividad de los trabajadores, y justifica el esfuerzo de las autoridades universitarias por ofrecerles las mejores condiciones salariales posibles.

No sólo no deseamos que haya conflicto; aspiramos a que los trabajadores alcancen mejores niveles de bienestar y que juntos generemos nuevas alternativas que les permitan desarrollar sus capacidades y destrezas, que a la vez redunden en su propio beneficio.

He reiterado nuestra propuesta al sindicato de un programa de productividad que permitiría a los trabajadores técnicos, manuales y administrativos de la Universidad obtener un bono de entre cinco y 10 por ciento sobre el sueldo tabulado por cuota diaria y desafortunadamente, hasta el momento, ha sido rechazada en varias ocasiones por la dirigencia sindical.

Un sector importante de trabajadores de la Universidad Veracruzana está persuadido de que una huelga es siempre indeseable. Afecta a la institución y a ellos mismos. Muchos de los trabajadores de la UV no quieren la huelga.

A una huelga le siguen una serie de problemas de diverso orden. Se destruyen proyectos de investigación, se aplazan programas, se desperdician recursos. Se altera negativamente el ritmo y el desarrollo de la Universidad, se pierden muchos recursos económicos. Una huelga es un golpe durísimo contra la integridad institucional y el impacto social es de enormes proporciones.

Todos lo sabemos: con un paro de actividades, es mucho lo que perdemos los veracruzanos y sobre todo los que menos tienen; se daña a todos aquellos que acuden a estudiar a una institución pública como nuestra casa de estudios, y a quienes trabajan para ella.

Por todas estas razones, ante la inminencia de decidir sobre el emplazamiento a huelga a la UV, animado por el compromiso que todos tenemos con la sociedad veracruzana y con nuestra casa de estudios, convoco abiertamente a trabajadores técnicos, manuales y administrativos para que, en el marco de la autonomía sindical, actúen con responsabilidad y conciencia universitaria.

Y a que trabajemos juntos y comprometidos en beneficio de nuestra Universidad Veracruzana, en un clima de diálogo y entendimiento.

* Rector de la Universidad Veracruzana

El presente artículo es divulgado en este sitio con permiso del autor.

lunes, 18 de enero de 2010

Conferencia: Un Futuro para México

Invitación a todos los alumnos de la Uiversidad Veracruzana. Es un evento en el que Hector Aguilar Camín y Jorge Castañeda explicaran su visión acerca de la Reforma del Estado Mexicano.
Si quieren leer el ensayo que publicaron acerca de esto (Un Futuro para México) aquí se los ponemos:

Nos vemos el viernes a las 10:45 afuera de la biblioteca USBI.

http://eugeniovasquez.wordpress.com/2009/12/02/un-futuro-para-mexico/

lunes, 14 de diciembre de 2009

Mapa de la quema

Hola!!

Les pongo aquí en mapa del salón donde va a ser la quema, caigan temprano, desde las 7:30 arranca la fiesta!!

Los pases los estaremos repartiendo en las mañanas, martes y miércoles de 11 a 13 en las escaleras de la Facultad.




Ver Jalapa, Veracruz-Llave en un mapa ampliado

domingo, 13 de diciembre de 2009

La Universidad Veracruzana y el 2010

Raúl Arias Lovilo*

Este año que culmina ha sido especialmente intenso en la Universidad Veracruzana. Diría que 2009 ha sido un año fructífero al mismo tiempo que de grandes momentos políticos institucionales.

Llevamos a cabo importantes eventos al interior de nuestros campus. El Festival de la Lectura (Felectur), la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU), el Simposio de Otoño, los doctorados Honoris Causa a Ernesto Cardenal y Eduardo Galeano, el “Foro Universitario: construyendo juntos nuestro futuro”, el Congreso de Investigación Educativa, las reuniones de trabajo de los académicos de todos las regiones en el Proyecto Aula, son algunas de la gran cantidad de actividades organizadas por facultades y centros, por cuerpos académicos y por estudiantes, y que nos hablan de una comunidad ansiosa de desarrollar al máximo sus potencialidades intelectuales, culturales y políticas.

El día de hoy tendremos la última reunión del Consejo Universitario General de 2009. Tenemos una agenda como siempre importante que regula nuestras responsabilidades y atiende los planteamientos de la comunidad. Hoy será igual.

Tendré oportunidad, lógicamente, de hacer una reflexión más amplia de lo que este espacio me permite. Pero aquí trataré de resumir una parte. Por supuesto, voy a informar de las más recientes actividades que hemos llevado a cabo, y hablaré del tema que aquí abordé la semana pasada, o sea, el nombramiento de la presidencia de la Organización Interamericana de Universidades a nuestra casa de estudios, la cual recibí en su nombre en la Universidad de Loja en Ecuador hace tres semanas.

La última reunión en ANUIES

Asimismo, en esta reunión de Consejo Universitario General, voy a comentar la reunión ordinaria del Consejo Nacional de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), celebrada en la ciudad de México apenas la semana pasada.

Me tocó presidirla por razones estatutarias, pero lo importante es que ahí, se reconoció el papel que la Universidad Veracruzana (UV) ha desempeñado para impulsar el gran proyecto del Espacio Común de Educación Superior de las Américas, con la participación de las universidades americanas y el apoyo de las españolas.

No exagero al decir que se trató de una reunión especial porque fue la primera ocasión en que un Secretario de Educación asiste a un acto de esta naturaleza. Además, estuvieron presentes los representantes de todas las universidades públicas y privadas que conforman la ANUIES, los diputados José Trinidad Padilla y Reyes Tamez Guerra; el director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Juan Carlos Romero Hicks.

En la reunión se entregó sendos reconocimientos a dos miembros del Consejo Nacional que dejaron sus funciones: José Antonio González Treviño, ex rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León y hoy secretario de Educación de su estado, y a Enrique Villa Rivera, quien recién concluyó sus funciones como director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Pero, además, uno de los aspectos que se destacaron en la reunión fue el reconocimiento que se hizo a las comisiones de Educación y de Ciencia y Tecnología por su apoyo la educación superior en México.

No se puede soslayar el hecho de que el aumento al presupuesto para 2010, por mínimo que sea, se logró gracias al papel comprometido de los 30 diputados de todos los partidos en la Comisión, quienes siempre tuvieron como prioridad la defensa de la educación superior.

El hecho es que se logró revertir en un 12 por ciento lo que fue en su momento la iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo Federal a la Cámara de Diputados, lo cual nos pareció correcto reconocer por parte de los rectores ahí reunidos.

Por cierto, en su oportunidad, el Secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, mencionó que el Poder Ejecutivo Federal envió la propuesta de presupuesto cuando todavía el presupuesto de ingresos no se había incrementado, y reconoció el incremento del 5.2 por ciento que logramos, aún cuando eso representa una centésima con respecto del Producto Interno Bruto (PIB), fue importante. Pasamos de un 0.66 por ciento a un 0.67 por ciento del PIB.

En realidad, gracias al consenso que la ANUIES logró con las distintas fuerzas políticas, fue posible revertir en un 12 por ciento lo que fue en su momento la iniciativa enviada por el Poder Ejecutivo Federal a la Cámara de Diputados, pues partimos de un incremento de 78 mil millones de pesos y logramos 85 mil millones de pesos.

UV y su compromiso con la educación superior de calidad

Todo esto que durante parte del año tuvimos que enfrentar, tiene que ver con nuestra vida interna. El financiamiento tal vez modula en algo nuestras políticas, regula aspectos cuantitativos, pero en nada afecta sustancialmente nuestra política institucional, ésa que hace descansar sus metas y objetivos en los académicos.

Ejemplo de ello fue la entrega de los estímulos a los profesores que cumplieron con el perfil deseable del Programa de Mejoramiento del Profesorado (Promep), la semana pasada.

Tengo que decir que el incremento tan destacado en el número de profesores con perfil Promep, el número de miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), en el mejoramiento de la calidad de nuestros programas educativos, la pertinencia de nuestra investigación científica, tecnológica y humanística, la consolidación de los cuerpos académicos, es sin duda el resultado de una política basada en el compromiso con la calidad, compromiso que es el sello de herrar, que debe serlo, de toda universidad pública.

Por eso me resulta satisfactorio, a la vez que estimulante, saber que nuestra fuerza académica está cada vez más comprometida con la UV. No tengo la menor duda que lo realizado y lo que está por realizarse en nuestra casa de estudios, tiene en los académicos y los estudiantes a sus principales baluartes. Ellos son la fuerza principal de la Universidad Veracruzana, y a ellos hemos apelado y apelaremos para seguir adelante en la construcción de la gran institución que todos queremos.

A todos, a estudiantes y académicos, a los trabajadores, a los funcionarios de mi administración, el día de hoy en el Consejo Universitario General les voy a reiterar mi agradecimiento por su apoyo manifiesto ante la Honorable Junta de Gobierno, para que ésta tomara la determinación de elegirme para un segundo periodo rectoral. A ustedes, lectores de mi columna semanal, por su apoyo moral, también muchas gracias.

La reunión de Consejo Universitario General de este día, nos ofrece también la oportunidad para marcar los lineamientos institucionales de 2010. Vamos esbozar las orientaciones y acciones programáticas que presentaré a la Honorable Junta de Gobierno, con la que me reuní el pasado viernes.

Asimismo, voy a dejar constancia de mi confianza firme e inquebrantable en la comunidad universitaria; reiteraré mi agradecimiento personal e institucional a todos los universitarios, y refrendaré mi compromiso irreductible con los objetivos de nuestro proyecto universitario. De ello, dejamos constancia plena en 2009.

Y en 2010, que deseo sinceramente venturoso, pleno de salud y felicidad para todos los universitarios y para cada de uno de ustedes, queridos lectores, volverá a ser nuestra meta y nuestra divisa moral. Feliz Navidad y muy Feliz Año Nuevo.

*Rector de la Universidad Veracruzana.
Nota. Este artículo semanal volverá a aparecer el próximo 11 de enero de 2010.

El presente artículo es publicado en este blog bajo la autorización del autor.

domingo, 6 de diciembre de 2009

En la OUI. Nuevas responsabilidades internacionales de la UV

Raúl Arias Lovillo*

El 27 de noviembre, en la XXVIII reunión de la asamblea general de la Organización Universitaria Interamericana (OUI), se otorgó a la Universidad Veracruzana, representada por el que esto escribe, la Presidencia del organismo universitario más importante y numeroso del Continente Americano.

El acontecimiento se produjo en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), Ecuador, en el marco del I Congreso CAMPUS, “Construyendo Espacios Comunes de Educación Superior”.

La elección a favor de la Universidad Veracruzana fue con el voto unánime de la asamblea general de la organización de instituciones de educación superior más grande del continente.

En todos los sentidos se trata de una seria pero muy estimulante responsabilidad internacional; no sólo porque refleja el reconocimiento continental a nuestra institución, sino porque nos compromete en nuestros territorios académicos a trabajar más y mejor, y a consolidar y a ampliar los procesos de calidad, que fueron en realidad el sustento del voto de todas las afiliadas a la OUI a favor de la UV.

O sea, fueron la fortaleza académica y la solvencia moral de nuestra institución lo que nos colocó al frente de la OUI.

En la Asamblea, ante gran número de rectores y expertos de todo el continente, presentes funcionarios del gobierno de Ecuador, el Director General de Conacyt de México, José Carlos Romero Hicks, presidente honorario de la OUI, agradecí el nombramiento y asumí el compromiso de respetar los valores y consolidar los programas de la OUI, de impulsarla con mayor fuerza entre las instituciones del continente, de hacer más efectiva su presencia en las regiones, y de fortalecer y a ampliar sus vínculos con los organismos internacionales.

La OUI, programas y compromisos

Un nombramiento de este nivel, obliga necesariamente a definiciones frente al entorno educativo internacional y a expresar propuestas concretas ante los retos que la educación superior en concreto tiene que superar y resolver.

Para nadie pasa inadvertido que estos retos tiene un escollo adicional que es la situación económica internacional.

Crisis económica que se reconoce como la más profunda desde los años 20 del siglo pasado, pero que también se produce en un cambio de época que tiene un rasgo singular: la velocidad vertiginosa de las transformaciones que actualmente ocurren en la sociedad de conocimiento.

No obstante, como dirigentes de las universidades públicas del continente, no podemos perder de vista que también las crisis nos obligan a estimular la inteligencia, a impulsar el espíritu de cambio, y a aprender de ellas para superarlas. Y pronto, que no nos rezaguemos más en lo científico y lo tecnológico. Que evitemos, en suma, los riesgos de una atonía perniciosa que suele ocurrir a quienes se refugian en el individualismo posesivo y en la decadencia.

Contamos para ello con un espacio como la OUI, que hoy es más fuerte desde el punto de vista de sus estructuras y su implantación; es más numerosa y sus programas son más exitosos y eficaces. Los resultados de tres de los programas estratégicos, el Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario (IGLU), el Colegio de las Américas (COLAM) y el programa CAMPUS, demuestran la integración comprometida de sus miembros, y permiten advertir los avances que se pueden alcanzar en los próximos años.

En este contexto, estoy convencido de que el germen de un nuevo modelo que transformaría de raíz la educación superior es el establecimiento de un espacio común para la educación superior. De ahí que un compromiso sea consolidar procesos como la internacionalización de la educación superior y trabajar en la vinculación docencia-investigación. Esa será una aportación real y concreta de las universidades a la situación de nuestro entorno continental.

En nuestro Plan de Trabajo tendrá un lugar especial el impulso del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, la educación a distancia y la vinculación universidad-empresa, ampliaremos nuestra presencia en la Organización de Estados Americanos (OEA), porque de hacerlo así, podríamos constituirnos en el verdadero y más representativo interlocutor de la educación superior ante este organismo, capaz de sensibilizar a los tomadores de decisiones del continente en la necesidad de invertir en la educación superior, como el medio más seguro de retribuir de beneficios a la sociedad.

Sabemos que una relación firme con la OEA nos permitirá acordar convenios de colaboración a través de modelos probados de vinculación y colaboración de la universidad con las pequeñas empresas, los cuales hemos desarrollado en algunas universidades de la OUI.

Se trata, en suma, de un Plan de Trabajo que dará sustento e impulso a programas concretos, eficaces, socialmente sustentables, que conducirán a las instituciones de educación superior a crear las condiciones para alcanzar una real distribución social del conocimiento, con el fin de hacer de éste una palanca efectiva del desarrollo de nuestros países, regiones y comunidades.

Reconocer las diferencias en términos de cobertura, calidad, de créditos, y de movilidad de estudiantes y académicos entre los sistemas de educación superior, constituyen retos importantes que vamos a abordar en el corto plazo.

Pero estoy convencido que los desafíos de corto, mediano y largo plazo, los podemos superar. Iniciaremos esta labor por las naciones del continente, por sus pueblos y sus comunidades, unidas por la diversidad y la multiculturalidad.

LA OUI, una organización diversa y plural, que reúne a universidades de Las Américas

La OUI tiene a su contingente más numeroso en la región latinoamericana, en donde nuestros retos son más ingentes. Para América Latina la fuerza de los cambios es ineludible. No puede, y no debe, esperar a ver qué ocurre con el mundo desarrollado. Tiene que renovar su visión del mundo y, dentro de ella, el papel de sus universidades. Tiene que aprender a generar más conocimiento y a vincular, de manera realmente efectiva, el conocimiento con el desarrollo.

Tiene, por tanto, que continuar en la búsqueda de las mejores soluciones para el futuro de sus universidades. La definición del futuro de estas últimas depende ciertamente de la forma en que el mundo –y cada una de las naciones– salga de la actual crisis, pero también de la forma en que las universidades mismas respondan a diversas fuerzas que de tiempo atrás han venido incidiendo en su misión y en sus funciones.

Desde su fundación hace tres décadas, la OUI ha tenido como meta asumirse como un foro abierto y plural a la discusión y elaboración de acuerdos sobre la agenda educativa de nivel superior en nuestro continente.

Se ha empeñado en establecerse y consolidarse como un organismo que refuerza la capacidad de nuestras instituciones en la gestión, formación y capacitación de líderes universitarios, en la formación de redes de colaboración con fines académicos y de investigación, estimulados por las necesidades de una educación a lo largo de la vida y por la propia internacionalización.

Hoy podemos confirmar que este compromiso social y organizativo se ha hecho efectivo en la realidad; hemos visto que de manera creciente las instituciones contribuyen a que nuestros países, regiones y comunidades, logren un desarrollo sostenible y equitativo, así como un mejor desarrollo humano de sus ciudadanos.

Si sabemos de nuestros problemas y aplicamos nuestras potencialidades, unidos, podemos salir adelante. Se trata de acortar brechas uniendo esfuerzos y trabajando con dedicación y responsabilidad.

Eso vamos a intentar hacer al frente de la OUI. Unir, sumar y trabajar por hacer de la educación superior de nuestro continente una palanca del desarrollo sostenible de nuestras sociedades.

O sea, palabras todas ellas pronunciadas en Ecuador, equivalentes a la ética de los compromisos y responsabilidades al frente de la Universidad Veracruzana.

*Rector de la Universidad Veracruzana.
Artículo Publicado bajo la autorización del autor.

domingo, 29 de noviembre de 2009

En la UV: cultura del desempeño académico

Raúl Arias Lovillo*

La Universidad Veracruzana apostó por el desarrollo de sus académicos para llevar a cabo sus grandes transformaciones. El resultado es un cambio en la cultura académica y la elevación de la calidad y la capacidad de la comunidad de profesores e investigadores.

Hoy, la Universidad contrata al personal académico de acuerdo a las necesidades de desarrollo y fortalecimiento de nuestros programas educativos. Podemos decir que nuestro académico se ha consolidado como un protagonista central de la universidad que hace docencia, investigación, recrea y crea el arte; que instruye.

Nuestro académico, presente en distintos escenarios de la gestión educativa, va a convertirse muy pronto en un académico integral.

Este proceso que ha establecido la UV con esos propósitos, no tiene precedentes.

En efecto, la cultura del académico universitario ha transitado desde la idea -agotada por cierto- de que el nombramiento determinaba su función, hasta la visión actual en la que son las diferentes funciones académicas que requiere la institución las que lo determinan; proceso en el cual, la docencia, la generación y aplicación del conocimiento, la tutoría y la gestión, conforman el perfil integral deseable de nuestros académicos.

Este tránsito en la cultura del desempeño corresponde con el cambio de paradigma educativo que la UV ha impulsado desde la implementación del Modelo Educativo Integral y Flexible, junto con otros procesos de innovación que se han puesto en marcha en nuestra casa de estudios, en atención a los requerimientos derivados de nuestra propia experiencia.

En ese contexto las funciones mencionadas aparecen como un requerimiento natural para la formación integral, y de manera sobresaliente para el curriculum flexible y para el fortalecimiento de la investigación como la función imprescindible y articulada a la docencia.

El Programa de Estímulos
En este gran movimiento de cambio universitario, sin duda, uno de los instrumentos más importantes ha sido el Programa de Estímulos al Desempeño del Personal Académico (PEDPA), el cual, tuvo una transformación importante en su ejercicio 2007-2009. Hoy es más sencillo en su ejecución y los resultados reflejarán parte importante de la dinámica institucional.

Es importante recordar que se establecieron seis niveles, en los que están proyectados, además de las condiciones de desempeño que la institución impulsa, los referentes externos que también apoyan el perfil académico integral. Así, por ejemplo, un académico que obtiene nivel 3 en el PEDPA es equivalente al que obtiene el perfil deseable de PROMEP o es candidato en el SNI; quien alcanza el nivel 4 se compara al que obtuvo refrendo de PROMEP o nivel 1 del SNI; el nivel 5 es comparable a un nivel 2 del SNI y el nivel 6 al nivel 3 del Sistema Nacional de Investigadores.

Los objetivos académicos estratégicos prioritarios están ya establecidos: 1. Programas educativos de calidad reconocida; 2. Vida académica colegiada a través de la dinámica de los cuerpos académicos; 3. La formación integral de los estudiantes.

Estos objetivos se verán concretados, precisamente, en la medida que logremos que nuestros académicos alcancen el perfil académico integral. Con ello ganaremos todos, maestros, estudiantes y por supuesto nuestra institución.

Balance de resultados
Los resultados del ejercicio 2007-2009 que en breve se anunciarán, son consecuencia del esfuerzo colectivo de las diferentes estructuras académicas involucradas. Intervienen los consejos técnicos de cada entidad y se considera la evaluación semestral que realizan los estudiantes sobre el desempeño de sus docentes.

Estos resultados reflejan el avance alcanzado institucionalmente en el impulso al nuevo perfil académico y la proyección para alcanzar mejores resultados.

La participación de los académicos en estos programas no es aislada: refleja las condiciones de las entidades, los programas educativos y las funciones universitarias; nos hemos propuesto que corresponda a la planeación de nuestras metas institucionales, a los programas universitarios y a los requerimientos de cada programa educativo; en ello, los órganos colegiados tienen una responsabilidad fundamental ya que su participación legitima tanto el esfuerzo individual como el colectivo, pues el impacto en la formación de los estudiantes y la proyección, se verá reflejada en el desarrollo de la institución y en los beneficios que proporcione a la sociedad en su conjunto. Esa es la mejor evaluación.

Por otra parte, seguiremos con esta tendencia en la versión 2009-2011 del PEDPA para la que estamos convocando a los académicos de base de nuestra Universidad.

Parto de la creencia de que aquellos que participaron en el ejercicio anterior, conocen muy bien las fortalezas y debilidades en el desempeño de sus funciones académicas las cuales serán reflejadas y potenciadas por la iniciativa personal de los académicos.

De igual forma, se espera que cada entidad impulse a partir de sus planes de desarrollo la dinámica de sus cuerpos académicos. Se trata de que los directivos impulsen nuestro esquema de desarrollo académico, promoviendo que cada vez más miembros de la comunidad se involucren en la vida académica y su constante evaluación, y en consecuencia obtengan el reconocimiento institucional y los estímulos correspondientes.

El financiamiento
Para nosotros, desde la administración de la Universidad, constituye un esfuerzo financiero muy serio conseguir los recursos para continuar estimulando a quienes han demostrado con su trabajo ser los mejores académicos universitarios.

Nadie se salva de la situación provocada por la crisis y creo que es perfectamente comprensible por todos. Lo que sí quiero enfatizar es que seguiremos haciendo nuestro mejor esfuerzo para obtener los recursos de fuentes externas y de ahorros internos. Vale la pena -y lo digo sinceramente- reconocer el esfuerzo y el compromiso académico de calidad. Vale entonces, también, que quienes lo obtienen, reconozcan y asuman el esfuerzo de la institución que apuesta todo por ellos.

Por cierto, por primera ocasión la UV reconoce por separado el esfuerzo de los académicos y los ejecutantes por un referente común: la formación integral de nuestros estudiantes.

Lo reitero: seguiremos impulsando a los académicos para obtener reconocimientos externos o sus equivalentes en lo interno; apostamos por programas educativos reconocidos por su calidad y por los cuerpos académicos consolidados.

Por último, convocó a que todos encontremos en el Programa de Estímulos la herramienta académica para impulsar los cambios y las transformaciones necesarias para el beneficio de nuestros estudiantes y de la sociedad en su conjunto.

En la Universidad el rumbo está claro; no habrá desarrollo académico personal y colectivo que no sea reconocido, no habrá desarrollo de la Universidad Veracruzana sino es a través del avance de su claustro.

Ese debe ser el compromiso de todos.

*Rector de la Universidad Veracruzana

Artículo publicado con autorización del autor.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Autonomía y Financiamiento


Raúl Arias Lovillo*

La fracción séptima del Artículo Tercero de la Constitución establece:


“Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía, tendrán la facultad y responsabilidad de gobernarse a sí mismas; realizarán sus fines de educar, investigar y difundir la cultura de acuerdo a los principios de este artículo, respetando la libertad de cátedra e investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinarán sus planes y programas; fijarán los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico; y administrarán su patrimonio. Las relaciones laborales, tanto del personal académico como el administrativo, se normarán por el apartado A del Artículo 123 de esta Constitución, en los términos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta fracción se refiere”…


Asimismo, la fracción tercera y la cuarta del propio Artículo Tercero Constitucional, fijan la gratuidad de la enseñanza y el compromiso del Estado mexicano de apoyar a la educación superior y la investigación científica. Es decir, en el cumplimiento de sus funciones sustantivas de docencia, investigación y difusión de la cultura, las universidades públicas se basan en el régimen de autonomía, y reciben del Estado, esto es, de la federación, los gobiernos estatales y los municipios, los recursos necesarios para el desarrollo de dichas funciones.


Esta son, sin equívocos, la literalidad de la norma y el espíritu de la misma, los elementos con los que se conforma el marco legal de la mayoría de las universidades públicas de México. Es, de muchas maneras, una conquista universitaria y el resultado de un largo proceso de la vida política y educativa nacional que ha involucrado las luchas de la universidad mexicana. Un triunfo de la razón y de la libertad académica y científica, también.


El principio de la autonomía ha acompañado a las universidades de América Latina desde principios del siglo pasado. Siendo un valor universitario que encarna la libertad de su comunidad para autogobernarse, definir sus programas académicos y regular sin intromisión de ningún poder del exterior sus asuntos internos, es cierto que ha sido también bandera de defensa de la integridad institucional.


En México, la autonomía fue elevada a rango constitucional, precisamente para que las comunidades académicas de las universidades tuvieran la facultad de decidir la forma de gobierno y el derecho de elegir a sus autoridades; este derecho constitucional no excluye de modo alguno una serie compromisos jurídicos, sociales y morales como la rendición de cuentas y la transparencia en el manejo de los recursos económicos y materiales, los cuales aquellas están obligadas a cumplir de manera puntual e irrestricta.


Tengo la convicción de que la autonomía es un derecho pero sobre todo una responsabilidad. Como he sostenido en otros momentos, el autogobierno en las universidades debe estar basado en la eficiencia, en la calidad académica, en el compromiso social y en un elevado sentido de la ética de la responsabilidad.


Desde esa perspectiva, contiene un ingrediente moral ineludible. Éste se asume de forma práctica cuando se cumplen las funciones sustantivas de la universidad, cuando se lleva a cabo un programa académico, de investigación, en el momento en el que se gestionan y administran los recursos de la sociedad, y que el Estado les transfiere.


La autonomía es por ello mismo un ejercicio de moral cuando se defiende el derecho de la universidad a nombrar a sus propias autoridades. Eso es justamente lo que hicieron las universidades Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y la Universidad de Guadalajara, ante el poder judicial de la Federación. Al amparo del Artículo Tercero de la Constitución, ambas casas de estudio protegieron la autonomía y el derecho de los universitarios de nombrar a su albedrío a sus representantes, y a darse sus propios esquemas de desarrollo con el fin de fortalecerse académica y socialmente.

Autonomía y financiamiento


En esto último creo que se debe insistir. Muy pocos consideran ya a la autonomía como un privilegio o como una patente para cometer arbitrariedades, y esos pocos, por cierto, no son sectores pertenecientes a las comunidades académicas, sino a grupos de presión que buscan utilizarla para fines ajenos a la propia universidad.


La autonomía infiere, por lo tanto, en la responsabilidad moral de su ejercicio –y por convicción política de los propios universitarios– no sólo la tarea de cumplir con normas y prácticas de transparencia y rendición de cuentas, sino la de llevar a cabo programas y acciones de política universitaria que conduzcan a las casas de estudio a mejores niveles académicos.


Acechada de distintas formas y con nuevas modalidades, con nuevos retos y nuevos problemas, la universidad autónoma y pública ha desarrollado en su propio cuerpo institucional, un mecanismo de defensa que es el planteamiento programático estratégico fundado en la calidad académica, la pertinencia y el compromiso social.


Entre otras, la Universidad Veracruzana ha añadido a ese mecanismo estratégico la innovación, la sustentabilidad y la internacionalización. Los énfasis dependen de cada una de las casas de estudio. Atienden sus condiciones históricas, a factores demográficos, de política interna, a sus tradiciones académicas y culturales y aún a su entorno político.


Esto lo han hecho muy bien las universidades públicas de México. Por eso son mejores que antes. Por eso cuentan con más investigadores en el SNI, con más posgrados en el padrón del Conacyt, con más profesores de tiempo completo, o sea, sus niveles de desarrollo cuantitativo y cualitativo hoy son más altos que hace diez años.


Como representante de las universidades públicas en el Consejo Nacional de la ANUIES, he señalado que el tratamiento del tema del presupuesto federal para la educación superior pública, debe recompensar estos logros, fruto, sin duda, del enorme esfuerzo de los académicos y estudiantes de las instituciones.


Adicionalmente, y por dichas razones, ha sido una preocupación de nuestra parte evitar que el “forcejeo” –para llamarle de algún modo a las acciones que anualmente éstas tienen que realizar para conseguir los recursos que requieren– sirva de pretexto para socavar la autonomía universitaria. Impedir, en efecto, que no lo sea entonces, pero también que no lo sea cuando los presupuestos y los fondos aprobados por la Cámara sean aplicados.


Esta semana, en la prestigiada e histórica Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, con motivo de la reunión del Consejo de Universidades Públicas e Instituciones Afines (CUPIA), los rectores y los representantes de las universidades públicas, tendrán la oportunidad de revisar y analizar con seriedad y responsabilidad estas y otras experiencias sobre la autonomía universitaria. Estoy seguro que lo harán bajo la premisa de preservarla y consolidarla.


* Rector de la Universidad Veracruzana


Artículo reproducido con la autorización del autor.