Raúl Arias Lovillo*
La Universidad Veracruzana apostó por el desarrollo de sus académicos para llevar a cabo sus grandes transformaciones. El resultado es un cambio en la cultura académica y la elevación de la calidad y la capacidad de la comunidad de profesores e investigadores.
Hoy, la Universidad contrata al personal académico de acuerdo a las necesidades de desarrollo y fortalecimiento de nuestros programas educativos. Podemos decir que nuestro académico se ha consolidado como un protagonista central de la universidad que hace docencia, investigación, recrea y crea el arte; que instruye.
Nuestro académico, presente en distintos escenarios de la gestión educativa, va a convertirse muy pronto en un académico integral.
Este proceso que ha establecido la UV con esos propósitos, no tiene precedentes.
En efecto, la cultura del académico universitario ha transitado desde la idea -agotada por cierto- de que el nombramiento determinaba su función, hasta la visión actual en la que son las diferentes funciones académicas que requiere la institución las que lo determinan; proceso en el cual, la docencia, la generación y aplicación del conocimiento, la tutoría y la gestión, conforman el perfil integral deseable de nuestros académicos.
Este tránsito en la cultura del desempeño corresponde con el cambio de paradigma educativo que la UV ha impulsado desde la implementación del Modelo Educativo Integral y Flexible, junto con otros procesos de innovación que se han puesto en marcha en nuestra casa de estudios, en atención a los requerimientos derivados de nuestra propia experiencia.
En ese contexto las funciones mencionadas aparecen como un requerimiento natural para la formación integral, y de manera sobresaliente para el curriculum flexible y para el fortalecimiento de la investigación como la función imprescindible y articulada a la docencia.
El Programa de Estímulos
En este gran movimiento de cambio universitario, sin duda, uno de los instrumentos más importantes ha sido el Programa de Estímulos al Desempeño del Personal Académico (PEDPA), el cual, tuvo una transformación importante en su ejercicio 2007-2009. Hoy es más sencillo en su ejecución y los resultados reflejarán parte importante de la dinámica institucional.
Es importante recordar que se establecieron seis niveles, en los que están proyectados, además de las condiciones de desempeño que la institución impulsa, los referentes externos que también apoyan el perfil académico integral. Así, por ejemplo, un académico que obtiene nivel 3 en el PEDPA es equivalente al que obtiene el perfil deseable de PROMEP o es candidato en el SNI; quien alcanza el nivel 4 se compara al que obtuvo refrendo de PROMEP o nivel 1 del SNI; el nivel 5 es comparable a un nivel 2 del SNI y el nivel 6 al nivel 3 del Sistema Nacional de Investigadores.
Los objetivos académicos estratégicos prioritarios están ya establecidos: 1. Programas educativos de calidad reconocida; 2. Vida académica colegiada a través de la dinámica de los cuerpos académicos; 3. La formación integral de los estudiantes.
Estos objetivos se verán concretados, precisamente, en la medida que logremos que nuestros académicos alcancen el perfil académico integral. Con ello ganaremos todos, maestros, estudiantes y por supuesto nuestra institución.
Balance de resultados
Los resultados del ejercicio 2007-2009 que en breve se anunciarán, son consecuencia del esfuerzo colectivo de las diferentes estructuras académicas involucradas. Intervienen los consejos técnicos de cada entidad y se considera la evaluación semestral que realizan los estudiantes sobre el desempeño de sus docentes.
Estos resultados reflejan el avance alcanzado institucionalmente en el impulso al nuevo perfil académico y la proyección para alcanzar mejores resultados.
La participación de los académicos en estos programas no es aislada: refleja las condiciones de las entidades, los programas educativos y las funciones universitarias; nos hemos propuesto que corresponda a la planeación de nuestras metas institucionales, a los programas universitarios y a los requerimientos de cada programa educativo; en ello, los órganos colegiados tienen una responsabilidad fundamental ya que su participación legitima tanto el esfuerzo individual como el colectivo, pues el impacto en la formación de los estudiantes y la proyección, se verá reflejada en el desarrollo de la institución y en los beneficios que proporcione a la sociedad en su conjunto. Esa es la mejor evaluación.
Por otra parte, seguiremos con esta tendencia en la versión 2009-2011 del PEDPA para la que estamos convocando a los académicos de base de nuestra Universidad.
Parto de la creencia de que aquellos que participaron en el ejercicio anterior, conocen muy bien las fortalezas y debilidades en el desempeño de sus funciones académicas las cuales serán reflejadas y potenciadas por la iniciativa personal de los académicos.
De igual forma, se espera que cada entidad impulse a partir de sus planes de desarrollo la dinámica de sus cuerpos académicos. Se trata de que los directivos impulsen nuestro esquema de desarrollo académico, promoviendo que cada vez más miembros de la comunidad se involucren en la vida académica y su constante evaluación, y en consecuencia obtengan el reconocimiento institucional y los estímulos correspondientes.
El financiamiento
Para nosotros, desde la administración de la Universidad, constituye un esfuerzo financiero muy serio conseguir los recursos para continuar estimulando a quienes han demostrado con su trabajo ser los mejores académicos universitarios.
Nadie se salva de la situación provocada por la crisis y creo que es perfectamente comprensible por todos. Lo que sí quiero enfatizar es que seguiremos haciendo nuestro mejor esfuerzo para obtener los recursos de fuentes externas y de ahorros internos. Vale la pena -y lo digo sinceramente- reconocer el esfuerzo y el compromiso académico de calidad. Vale entonces, también, que quienes lo obtienen, reconozcan y asuman el esfuerzo de la institución que apuesta todo por ellos.
Por cierto, por primera ocasión la UV reconoce por separado el esfuerzo de los académicos y los ejecutantes por un referente común: la formación integral de nuestros estudiantes.
Lo reitero: seguiremos impulsando a los académicos para obtener reconocimientos externos o sus equivalentes en lo interno; apostamos por programas educativos reconocidos por su calidad y por los cuerpos académicos consolidados.
Por último, convocó a que todos encontremos en el Programa de Estímulos la herramienta académica para impulsar los cambios y las transformaciones necesarias para el beneficio de nuestros estudiantes y de la sociedad en su conjunto.
En la Universidad el rumbo está claro; no habrá desarrollo académico personal y colectivo que no sea reconocido, no habrá desarrollo de la Universidad Veracruzana sino es a través del avance de su claustro.
Ese debe ser el compromiso de todos.
*Rector de la Universidad Veracruzana
Artículo publicado con autorización del autor.
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